Cubierta en su cáliz
su tedio:
un néctar de lágrimas vagas
El miedo ronda por las noches, testigo
de esa fecundación
Oh desgraciada flor
¿Cuántas punzadas
tendrán que tolerar tus pétalos?
Tus sépalos demandan la turgencia
si no rompes las cruces, tu cuerpo
yacerá bajo un montón de crisantemos.
(Edición Rafael Rubio)
No hay comentarios:
Publicar un comentario