Cubierta en su cáliz
vive su tedio en mares profundos
entre néctar de lágrimas y sinfonía de sollozos vagos
Morados
aguarda
tu corola
atiborrada
de nostalgia
El miedo ronda por las noches, ansioso
es testigo de aquella fecundación violenta
¡Oh desgraciada flor!
¿Cuántas punzadas tendrán que tolerar tus delicados pétalos,
deterioros del amor insensato?
Turgencia demandan tus sépalos
Si no rompes las cruces que te atan al dolor
tu cuerpo yacerá bajo un manojo de crisantemos.
(isi y fito)