Se abre el cáliz
y despliegan los pétalos
en un acto delicado y con gracia,
p a u l a t i n a m e n t e,
a la vez el interior se incorpora a los destellos del sol.
Los haces de luz
escurren como cálido fluido
lleno de calor y poder
(como la luz de nuestros ojos enamorados)
y los estambres se alzan ante la estructura esbelta del gineceo
como en un cortejo
mostrándose fecundo
y regalando su morfología congruente a la flor
¿Seremos acaso la yema que florece y relampaguea en el silencio,
y nuestro afecto el sustrato,
y el sol
el enamoramiento etéreo de estos días?
Sin duda lo que me hace pensar en nosotros
es el más rico abono y el agua más pura.
Hoy la luz en nuestros ojos estimula la apertura del amor